Ayy qué dolor!

En fechas recientes la belleza física de los mexicanos fue puesta en tela de duda una vez más (de 500 ocasiones anteriores más o menos). Le tocó el turno al señor Jorge Lafauci de origen argentino y actual juez en el Campeonato Internacional de Baile con sede en México, cometer el desliz verbal que agravió el orgullo nacional a más no poder. Afirmó que “los mexicanos son feos, la gente bonita solo está en la t.v., solo que no lo comentes con nadie”, sugirió al camarógrafo que en ese momento se adueñó de tales declaraciones en audio y video. Desde luego, esta evidencia empezó a circular por todos los medios de comunicación habidos y por haber, prensa escrita, noticias por t.v. y radio, internet bueeeeeeeeeno. Las reacciones no se hicieron esperar: nos habían herido en lo más profundo, todo el mundo se enojó, hiperventiló, se sofocó, se lamentó (y se la mentó), bueno fue una cooooosa. Después de casi morir destazado en la piedra de los sacrificios y sufrir el acorralamiento de los medios, el señor Lafauci pidió disculpas a los mexicanos y bueno, lo perdonamos, no hay trébol y terminamos todos agarraditos de las manos, bien contentos todos.

Algo parecido sucedió con Tiziano Ferro que la regó al comentar que “las mexicanas son mujeres feas y están bigotonas”, y claro, corrió tinta y sangre, aquí hasta prestigiosos columnistas metieron en el ajo la cuestión del mestizaje y bla bla bla, en fin…nadie se quedó callado. El pobre también sufrió el linchamiento mediático (comprobó que en México el que se lleva se aguanta) y también pidió disculpas, ahh! y también volvimos a ser cuates y a recibirlo con buena onda en este país.

He de comentar que aún no se tienen pruebas científicas de que los mexicanos estemos feos, así que las declaraciones de estos dos tipos se me hicieron meras especulaciones. Podría yo pensar que algún grotesco paisano se cruzó en sus caminos y los hizo brincar de miedo y de allí procedieron al balconeo: mal hecho, ver alguien horrible te sucede en cualquier parte del mundo.

Sin embargo hoy mi orgullo fue severamente tocado por algo en lo que nada tiene que ver la belleza física. El balconeo es real, internacional y a las pruebas me remito. Resulta que la OCDE (Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico) dió a conocer los resultados del Programa para la Evaluación Internacional de Alumnos (PISA) en el que participaron los países asociados, 57 en total, México entre ellos. Las asignaturas seleccionadas fueron matemáticas, ciencia y lectura…y pues nuestro México lindo y querido figura vergonzosamente en el lugar 48, la lista muestra que solo superó a países como Indonesia, Argentina, Brasil, Colombia, Túnez, Kirguistán, Qatar y Azerbaiyán. En pocas palabras, no se pudo acreditar nuestra fealdad…pero si nuestras incapacidades.

Este papelón solo puede ser un reflejo del desinterés de las autoridades educativas, el abandono cultural, el desconocimiento de las necesidades y los consecuentes desafíos de calidad que se deben atender en la materia y las tan llevadas y traídas reformas educativas que se van quedado rezagadas. Pero depositar toda la responsabilidad en el gobierno no es justo, uno también tiene mucho que hacer aquí, urge encausar a los jóvenes, motivarlos, guiarlos, valorar sus talentos y potenciarlos para el futuro beneficio y bienestar del país entero.

Para ser sinceros, no creo que muchos mexicanos sientan herido su orgullo con esta revelación, quizá nadie se sofoque, se desmaye de la impresión ni nada de eso. La noticia hará correr tinta y los analistas y columnistas harán lo suyo…una vez agotado el tema se pasará a otra cosa, como sucede con muchas cosas en México, no hay trébol, todos terminaremos agarraditos de las manos. Ayy qué dolor!!