martes, 15 de enero de 2008

De fiesta

El año pasado mi cuñado consentido (el esposo de mi hermana) se recibió de su grado de Maestría y para celebrar por todo lo alto decidió echar la casa por la ventana y hacer tremendo festín. Tiempo después asistí al cumpleaños de una amiga que también hizo grosero guateque en su casa. Y en diciembre, tocaron las posadas, comidas, cenas con cuatas y demás.

En México, ignoro si en todo América latina, la mayoría de los festejos tienen una dinámica muy similar. Por lo regular llegas, saludas a todo el mundo, te instalas en un lugarcito y empieza el contundente comadreo con el que te haya tocado de vecino, si no lo conoce uno, no importa, nada impide chacotear a gusto. Con una buena botana y charla amena, se da por iniciada la alegre faena.

Después viene la partición y repartición de las delicias que se vayan a consumir, este proceso tiende a ser largo ya que los mexicanos si algo tenemos es que somos mega tragones, sobre todo en las reuniones, donde no te paran de ofrecer de todo y así, mientras se discute el último chisme, se pueden llegar a consumir toneladas de tamales y salsa, ensalada de pollo o lo que haya tocado.

La música está a todo volumen desde el principio, sin embargo alguien anuncia, “ya hay que cambiarle a la música no?”, señal lógica que ha llegado el momento irrenunciable de bailar. Y aquí no importa que tan reducido sea el espacio disponible, no, por que desde peques hasta los adultos mayores saben que es parte obligatoria del ritual, así pues, todo el mundo abarrota la “pista” a ritmo de salsa, Ricky Martin, Kumbia Kings, No rompas más o la rola favorita de moda.

Al rato, en alguna mesa habitada por los que ya no quieren bailar, alguien cuestiona si existe una guitarra en la casa de la pachanga, por lo regular siempre hay una, así pues se inicia la parte bohemia …y ahora pues a cantar. Digo, esto en el caso de que el mismo festejado no haya sugerido el uso y abuso del famoso karaoke. Si hay karaoke, se pueden entonar todos los ritmos habidos y por haber y claro, no faltan los bien entonados, los desafinados y los que cantan en inglés, las rancheras, en fin, no puedo negar que esta parte es muy divertida y hasta creativa. Terminada esta fase, se han gastado ya muchas energías y algunos invitados comienzan a retirarse, pero siempre queda de último el grupito que inventa continuar la diversión en “otro lugar”, aunque esto último es más bien una práctica común en Tampico.
Mi sueño es hacer una party como esta pero en Suecia, se podrá?

6 comentarios:

? dijo...

Paisana,
Yo no vivo en Suecia, pero me imagino que de poder si se puede hacer la fiesta alla. Si yo viviera alla, iria de gorron, como buen Mexicano.
Saludos.

Anónimo dijo...

De poder se puede. De que te lo permitan ya es otra cosa.
Son mas estrictos con los ruidos y sonidos fuertes, mejor no buscarle 3 pies al gato de Odd , sabiendo que tiene 4.
felicidades

Resiliente dijo...

poder se podra, pero te aconsejo verano en que estan todos mejor predispuestos y borrachos. besos.

yomerarubio dijo...

Freddy; No mijo, tu serías el invitado de honor, no inventes, faltaba más.
Anónimo; Así es, por acá le bajan mucho al volúmen, lo cual puede producir algo de aburrimiento.
Marce; Me consta que los festejos por allá terminan en mucha borrachera, como el famoso "midsummar".
A todos gracias por su visita, esperaba que alguien me comentara que los nórdicos son mucho más aburridos a la hora del festejo, tengo la sospecha de que así es :)
LEO SUS BLOGS, me encantan.

Resiliente dijo...

Los nordicos son aburridos, no lo dudes ni por un instante, yo siempre se lo digo a mi marido y el me lo tiene que reconocer. Ahora bien, en verano, a pesar de qeu no son la campanita andante, bajo los efectos del sol, vacaciones, calor, luz y alcohol se vuelvenn personas mas interesantes y divertids. besos.

Angelica Jensen dijo...

Es verdad lo que dice marcela, los nórdicos no son personas entretenidas, son fomes, pero tienes que intentarlo, a ver si me invitas y vamos pue!